Mecanismos de relación: ansiedad y hambre
La ansiedad reduce el nivel de serotonina en el cerebro, la hormona responsable de sentirse bien. Como su producción puede estimularse con el consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono (dulces, por ejemplo) y en el triptófano, que es el aminoácido precursor de la serotonina, se puede entender el ataque a los alimentos. Además, comer tu comida favorita desencadena la liberación de la hormona dopamina en el cerebro, que es la responsable de la sensación de placer. También comemos más cuando estamos ansiosos o estresados. porque nuestro cuerpo libera una hormona llamada cortisol, que le da al sensación de hambre y aumenta nuestra capacidad de almacenar grasa en las células.
Para adelgazar bien es importante un cambio emocional y, a partir de ahí, crear condiciones para buscar una mejor calidad de vida, incorporando actividades físicas regulares, reduciendo la cantidad de alimentos ingeridos, además de seleccionar una dieta balanceada. También es fundamental poder identificar y reformular las creencias en las que se basan las conductas generadoras de obesidad para que se pueda mantener el peso alcanzado tras el adelgazamiento.
El procedimiento de Coaching presenta las mejores herramientas y procedimientos para identificar, acceder y resignificar patrones inconscientes profundos que mantienen la obesidad.
Un conjunto refinado de estrategias y técnicas de PNL (Programación Neuro-Lingüística), EFT (Técnicas de Libertad Emocional), Constelaciones Familiares, Terapia de Línea de Tiempo e Hipnoterapia Ericsoniana, constituyen una gama de oportunidades para redirigir comportamientos no deseados o limitantes, a través de la liberación de emociones.
Muchos de nuestros comportamientos son inconscientes, incluido el comer.
En cuanto a la pérdida y el mantenimiento del peso, es necesario conocer con precisión nuestras preferencias y hábitos alimentarios y reprogramar aquellos que dificultan el mantenimiento del peso alcanzado.
En general, la inestabilidad de peso es el resultado de conductas alimentarias automatizadas y, sobre todo, de un cuerpo diseñado y seleccionado por miles de años de evolución. Este organismo, sin embargo, ha sido sometido a condiciones muy adversas de alimentación y sedentarismo exagerado. Así, estas conductas inapropiadas sólo pueden ser reevaluadas y redirigidas si son debidamente comprendidas y confrontadas con el conocimiento de las tecnologías de la mente, los más modernos enfoques psicológicos y sus técnicas con breves pero profundos resultados.